"El Camino de Santiago para montañeros"

La Travesía Pireno-Cantábrica une Alta Ruta Pirenaica, Alta Ruta Cantábrica y Camino de Santiago, con una clara vocación de unir los parajes más bellos y valiosos, como un "Camino de Santiago Montañero".



Comienza en el Cap de Creus, a orillas del Mar Mediterráneo, y tras un tramo junto al mar, asciende al cordal pirenaico. A medida que las montañas se van haciendo más escarpadas, la ruta empieza a enlazar más collados y menos cordales, evitando trepadas o pasos complicados, y en caso de haberlos, con variantes alternativas.



En cualquier caso, se intenta siempre enlazar los más bellos parajes entorno a la divisoria de aguas pirenaica, dando vista a las prominentes cimas, imponentes glaciares, verdes valles y mágicos lagos que hacen de Pirineos el paraiso de todo montañero.



A partir del Orhi (último pico de 2000m del Pirineo) la montañas empiezan a perder altura y resultan más sencillas de recorrer. Las montañas vascas justo llegan a superar los 1500m y están compuestas por frecuentados macizos como Aralar, Aizkorri, Gorbea o Sálvada.



A partir de Reinosa, la ruta vuelve a sobrepasar los 2000m, siguiendo frecuéntemente la divisoria de aguas cantábrico-mediterránea. Los senderos no son siempre claros y muchos de ellos son más frecuentados por animales que por personas. Algunos de esos animales son tan únicos como urogallos, perdices pardillas, liebres de piornal, lobos y por supuesto, osos pardos.



Esas sensaciones de soledad y entorno salvaje, hacen que llegar hasta Galicia genere una grata sensación de aventura de exploración. A pesar de estas sensaciones, la Cordillera Cantábrica está íntimamente ligada a los humanos, con abundante pastoreo y con algunas tradiciones ancestrales que todavía hoy persisten, como la trashumancia o los teitos.



Para acabar, existe la posibilidad de enlazar con el Camino de Santiago y llegar hasta Finisterre, el fin del mundo de la época romana.